¿Qué es lo que pasa hoy con la cultura organizacional en las empresas? Pues está plasmada en unos hermosos cuadros o letras pintadas en la pared bajo el título de misión, visión y valores, pero que nadie lee y a nadie le importa.
Y no es que los directivos no quieran permear una cultura que motive a sus empleados a “ponerse la camiseta”. En todas las empresas existe la cultura organizacional, sin embargo, están inmersos en problemas relevantes como rentabilidad, flujo de efectivo o crecimiento, por lo que si a la Alta Dirección no le importa, menos a los colaboradores.
Se malgasta mucho tiempo, dinero y esfuerzo en redactar la cultura, pero poco esfuerzo en construirla y es común que las conversaciones en torno a este tema no lleven a ningún lado, y en consecuencia, que todos los intentos de cambiar la cultura organizacional, sean un fracaso.
Comúnmente el problema radica en que nadie define claramente lo que significa la cultura corporativa. Y en segunda, que ni siquiera sabemos cómo ésta se ha formado o cómo cambia.
Puedes preguntarle a tus colaboradores: ¿Conoces la filosofía corporativa? Probablemente responderán que no, y muy seguramente tú querrás no solo que la sepan, sino que la vivan, que los motive y los inspire.
Y es que la cultura implica una serie de valores, creencias, y COMPORTAMIENTOS que contribuyen a identificar una organización. Tú no quieres gente que memorice un párrafo de misión, tú quieres gente que se COMPORTE de acuerdo a la misión.
La inspiración y la motivación son comportamientos así que de nada servirá tu larga lista de políticas de prohibiciones plasmadas en un manual de organización. Por supuesto que tu filosofía corporativa debe consignarse en manuales y documentos, pero lo que tú quieres es que esta filosofía transpire en forma de comportamiento.
¿En dónde nace la cultura organizacional y cómo se filtra a la organización?
Usualmente de los fundadores de la organización. Recordemos empresas como Disney (Walt Disney), Microsoft (Bill Gates), Virgin (Richard Branson) y Apple (Steve Jobs); crearon organizaciones poderosas porque tienen una cultura personal y filosofía de vida bajo la cual se comportan cada día.
Pero la realidad es que hoy las empresas cuentan con párrafos que suenan maravillosos: que si la responsabilidad social, que si los accionistas, que si ser líderes, pero esa palabrería extraída de párrafos acartonados son ajenos para la gente externa y se nos olvida que sirven para inspirar y motivar a los de adentro de la organización.
Mucha de la responsabilidad de esto somos los consultores que no hemos sabido sacar el espíritu y corazón de la empresa y plasmarlo; sino que nos hemos conformado con sacar letra muerta, sin el sentimiento que se necesita para que se viva, luche y hasta se muera por ese sueño.
Invito a los directivos a reconsiderar sus manuales de cultura organizacional y convertirlos en una verdadera fortaleza, que marcará la diferencia entre tu organización y otra, incluso de tu misma competencia.
¿Cómo generar una cultura inspiradora y motivacional?
Tomando muy seriamente el ejercicio, pero no tan serio como para que cuando leas las bases de tu cultura organizacional, este redactada como en un libro de administración de empresas como un gran ejemplo académico. La primera característica que debe tener es que tenga ese latido de vida que tiene tu empresa o que quieres que tenga.
Y es que cuando se quieren obtener lealtad, orgullo y pertenencia, la única forma de hacerlo es compartiendo los sueños del fundador plasmados en su cultura corporativa con todo el personal, y crear un modelo donde no importe si este líder no está, su espíritu sigue viviendo a través de esos ideales.
Solo así lograremos que la gente se enamore de nuestra empresa, no a billetazos, ni con bonos o beneficios de otra índole que sin duda ayudan, pero si lo que queremos es capturar su corazón, el camino es trabajar en un plan de culturización.
Un ejemplo es el ideario Cuahutemoc de FEMSA, que Don Eugenio Garza Sada instituyó y donde quedó plasmada su filosofía. Te recomiendo revisarla y, por qué no, adoptar lo que pueda comulgar con tu empresa: http://www.femsa.com/es/about/philosophy/formulario-ideario.php
Así que si que sueña, plasma tu sueño y emprende tu plan de culturización a partir de estos cinco pasos:
1. Revisa tu cultura corporativa para saber si está escrita con el cerebro o con el corazón. Y de ser necesario actualízala a los nuevos tiempos.
2. Involucra a todo el personal para que participe en esta redefinición de la cultura. Organiza campañas donde todos se sientan escuchados.
3. Desarrolla una campaña permanente de culturización que se incluya desde la inducción de los nuevos, como una reinducción a los ya antiguos.
4. Crea una leyenda del creador de la empresa, de sus líderes y de su historia; para que su pasado no sean solo fechas y logros, sino que tengan todo un sentido de cumplimiento de un sueño.
5. Que todo el personal entienda como su trabajo coopera en lograr la visión de la empresa, a través de detallar estrategias, acciones e indicadores que surjan de esta cultura.
He corrido este proceso en varias empresas y me he dado cuenta de la efectividad que tiene; así te invitamos a que formes parte de esas empresas que inspiran y motivan a su personal, que hacen la empresa suya, la cuidan y protegen, le tienen un cariño excepcional incluso al líder y su familia, y se refieren a ellos no solo con respeto sino con cariño.
El caso de Bimbo y de la familia Servitje es ejemplar, y aunque muchos no conozcan a los diferentes miembros de la familia, ciertamente los valoran y aprecian; además que se comprometen totalmente con sus resultados.
Únete a empresas como Amazon, Apple, Dinsey, Femsa o Bimbo, que no hicieron otra cosa más que plasmar un sueño con el corazón, compartirlo de forma efectiva y hacer que viva en cada uno de sus colaboradores. No es nada imposible, la decisión es tuya.
*El autor es Conferencista profesional, Director del CEET Business School. Su mail de contacto es hola@arturovillegas.com.mx
Fuente: Alto Nivel
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