Recomiendan
evitar difundir información sin respaldo científico
FALSAS
CREENCIAS SOBRE EL CÁNCER DIFICULTAN SU PREVENCIÓN
80% de los casos de cáncer en el mundo se producen
por hábitos de vida poco saludables, que pueden ser modificados por las
personas
Hoy en día circula mucha
información acerca del cáncer, pero no todo lo que se le atribuye a esta enfermedad
es exacto, a veces es engañoso, y sin pruebas científicas. Estas ideas falsas
sobre la patología, pueden causar que una persona genere preocupaciones innecesarias
y complique la toma de decisiones adecuadas para la prevención y el tratamiento.
Carina Nava, colaboradora
de la Sociedad Anticancerosa de Venezuela (SAV), considera que muchos
contenidos en internet, que carecen de base científica, son la fuente de los
temores de la población con respecto al cáncer. Por eso recomienda en primer
lugar evitar difundir cadenas masivas en las redes sociales, con información no
corroborada sobre la patología.
La bióloga también
aconseja educarse y contrastar información a través de los documentos o las
charlas que imparten instituciones dedicadas a la prevención del cáncer. Esta
información está disponible en páginas web de organismos con credibilidad
internacional como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Unión
Internacional Contra el Cáncer (UICC).
Desechando los mitos
Nava refirió que uno de
las preocupaciones más arraigadas en la sociedad, y que pudo constatar durante
la charla que impartió en el marco de la tercera Carrera y Caminata A Tu Salud es la predisposición
genética a la enfermedad, es decir, que el cáncer sea únicamente una afección
que se transmite entre familiares.
Aclaró que estudios
realizados por la OMS muestran que 20% de los casos de cáncer en el mundo
tienen carácter hereditario. “El resto corresponde a factores de riesgo
relacionados con el estilo de vida, (dieta, actividad física, sedentarismo,
fumar, consumir alcohol). Es decir, que
80% de los casos de cáncer a escala mundial pueden ser prevenidos por medio de
la adopción de hábitos de vida saludables”, resaltó la especialista en
biología.
La alimentación juega un
rol fundamental en la prevención del cáncer. De acuerdo con Nava la obesidad se
ha relacionado con un aumento de hasta 40% en las probabilidades de presentar la
enfermedad. “Tener una dieta balanceada con el consumo de proporciones adecuadas
de frutas y vegetales, además de la actividad física regular, contribuyen
notablemente con la reducción de los factores de riesgo”, agregó.
Especificó la bióloga que
en las excesivas reservas de tejido graso que presenta una persona con
obesidad, se produce una gran cantidad de estrógenos que han sido asociados con
el riesgo de diversos tipos de cáncer. “Vigilar constantemente el peso
previene, no solo el cáncer, sino también los accidentes cardiovasculares y
diabetes”, sostuvo Nava.
Exceso hormonal
El estrógeno y la
progesterona son usados en las terapias de reemplazo hormonal y en métodos
anticonceptivos. Nava hizo referencia a investigaciones en las que se determinó
que estas hormonas, suministradas a las mujeres por periodos mayores a cinco
años consecutivos, aumentan el riego de cáncer de ovarios, endometrio, cuello
uterino y mamas.
La recomendación es que cualquier
terapia hormonal debe ser explícitamente recetada por un médico capacitado. “El
profesional debe determinar la aplicación de las terapias hormonales siguiendo
la evaluación de la historia clínica y basándose en el principio del
riesgo-beneficio para el paciente”, agregó.
Otra idea falsa es que el
cáncer de mama es exclusivo de las mujeres. Los hombres también nacen con
tejidos mamarios, los cuales pueden ser afectados por células malignas. “Cada
año ha venido aumentando la incidencia de cáncer de mama en hombres y en la
actualidad se encuentra alrededor del 1% del total de casos de cáncer de mama
en el mundo”, informó Nava.
Estrés sin respaldo
Aclaró la bióloga que si
bien el estrés puede causar una serie de problemas de salud, no se ha
determinado científicamente que sea una fuente de cáncer. “Es posible que exista una relación indirecta
entre los factores. Por ejemplo, personas con bajo nivel de estrés, podrían
estar más dispuestas a compartir con amigos o familiares y a pasar tiempo al
aire libre, esto su vez, podría incrementar su actividad física, lo que reduce,
en conjunto, las probabilidades de tener la patología”, concluyó.
Fuente: Comstat Rowland