Empecemos con un par de preguntas: ¿Qué te llevo a estudiar lo que estudiaste? ¿Cuáles eran tus objetivos? ¿Eras consciente de que esa decisión marcaría los próximos 40 años de tu vida?
Cuando llega el momento de decidir cuál será nuestra profesión, es muy común que experimentemos una guerra interior entre quiénes somos y el papel que elegimos desempeñar en la historia de nuestra vida. Pero, esta decisión, como otras, la tomamos alrededor de los 16 y 17 años, lo que tiene un profundo impacto en el resto de la vida.
A falta de autoconocimiento profundo, podemos desarrollar una visión de corto plazo, liderada por la inmediatez; de ahí que podemos orientarnos fácilmente hacia actividades que nos conectan con gran rapidez con el factor económico del dinero, aunque no implique una abundancia más profunda.
Esta decisión es una de las más importantes de nuestra vida, fundamentalmente por el impacto y relevancia que tiene en nuestro futuro. Entre los 25 y los 65 años de edad, las personas dedicamos más del 60% de nuestro tiempo a lo que comúnmente se conoce como vida laboral. Esto representa alrededor de 40 años en los que nos mantenemos invirtiendo en un trabajo, un empleo o la construcción de una carrera.
¿En qué invertirás tú tiempo y energía los próximos 40 años de tu vida?
A partir de que tomamos la decisión, comienza un camino de ascenso que construimos hasta más o menos los 40 años, etapa de vida en la que podemos alcanzar un estado óptimo –digamos– de nuestras facultades para el empleo, en combinación con un nivel de compensación económica igualmente satisfactoria.
Posteriormente, puede producirse un declive paulatino para el que comúnmente estamos preparados de manera frágil.
Como se muestra en la imagen, dependiendo de la generación a la que perteneces, la curva del flujo de efectivo será propensa a variar en su forma.
Perfil de carrera por generación
• Baby boomers: se preocuparon por ingresar a una empresa, pertenecer a ella a profundidad, afianzarse y permanecer ahí el mayor tiempo po¬sible hasta pensionarse.
• Generación X: comenzaron a vivir el incremento progresivo del desempleo y con él, mayor número de periodos sin actividad laboral. No obstante, luego de unos meses, lograban colocarse de nuevo y entonces aprendieron a navegar entre los periodos de empleo y los de receso.
• Generación Y: han aprendido a relacionarse de una forma distinta con el empleo, el desempleo y la vida en las empresas. Han sabido resolverlo aprendiendo a adaptarse a un entorno increíblemente cambiante, en lugar de mirarlo como algo hostil.
“La única constante es el cambio”
Tal como lo muestra la imagen, este ciclo no siempre es continuo, tiene sus altas y sus bajas en función de los periodos de cambio y/o desempleo (voluntario o involuntario) que todos experimentamos durante nuestra trayectoria laboral.
Mantener el empleo de manera indefinida es hoy una posibilidad más alejada de la realidad. En el momento actual, podemos quedar desempleados con una frecuencia que se estima puede ir de 3 a las 39 ocasiones, por periodos que van de los 2 a los 16 meses de inactividad, según el rango de sueldo y de acuerdo con el nivel jerárquico que hayamos alcanzado.
En la imagen podemos ver que las personas cuyo empleo representa $4,000.00 (cuatro mil pesos) mensuales en promedio, tienen una frecuencia de ocasiones durante estos 40 años de vida profesional en las que pierden su trabajo que va 15 a 39, con la salvedad de que tienen ciclos de desempleo más breves, de 2 a 4 meses.
En cambio, en la punta de la pirámide, quienes tienen una alta jerarquía y que perciben diez veces más sueldo, suelen quedarse sin empleo de 3 a 7 veces en la vida –ciertamente muchas menos–, pero dilatando desde 4 hasta 16 meses en encontrar una nueva oportunidad.
¿Cómo mantener una curva de flujo de efectivo estable ante los desafíos del cambio y desempleo?
Claves para capitalizar el ciclo de vida de tu carrera profesional
Dependiendo de la etapa de la vida en la que te encuentres y tu ubicación en la curva del flujo de efectivo, hay diversas acciones que puedes emprender para capitalizar de manera efectiva los años que inviertes en tu desarrollo profesional y planificar los resultados que deseas obtener en todos los ámbitos: profesional, social, económico, emocional, etcétera.
Auto-conocimiento
Haz un inventario personal de habilidades y aptitudes. Define el destino, rumbo, sentido, dirección y significado de cada uno de los pasos que estarás dando. Pregúntate: ¿Qué significado le darás a tu empleo? Pero, mejor aún: ¿Qué sentido le da a tu vida el empleo o carrera que deseas?
Muchas veces, nuestra estructura de personalidad, creencias, actitudes, intereses, etcétera, nos guían desde lo más profundo hacia una actividad o dis¬ciplina; por ejemplo, el deporte o la música. Sin embargo, el contexto en el que nos desenvolvemos puede orillarnos a tomar decisiones orientadas por aquello que podemos adquirir a través de los beneficios que da el trabajo.
Crea tu marca personal
Comunica una idea clara y congruente acerca de cómo esperas que te vean los demás. Detecta cuáles son tus diferenciadores con respecto a los miles de personas que quieren hacer una carrera profesional de fondo. ¿Cuál es el ADN de tu propia marca?
Ahorro e inversión
Independientemente de tu edad, generación, nivel socioeconómico, adquiere el hábito de ahorrar e invertir pues te facilitará el acceso a mejores niveles de calidad de vida. Aprender a gestionar tu presente y tu futuro, evitará que tu trayectoria laboral esté dominada por el endeudamiento y la constante carga de las cuentas por pagar.
Genera tu trayectoria
Es indispensable que distingas cuáles son los momentos estratégicos para obtener mayores beneficios profesionales y económicos. Toma tu CV y traduce la curva del flujo de efectivo con tu propia historia tomando en consideración tus beneficios económicos acumulados al mes en cada puesto ocupado para determinar tu factor de crecimiento.
Observa la Curva del Flujo de Efectivo. Mayormente, el grado de productividad y rentabilidad de tu actividad laboral llega entre los 35 y los 45 años. Después, el ingreso puede variar, pero las necesidades que vienen con la edad pueden ser una constante de mayor peso. Elabora un plan de acción para enfrentarlas de manera eficiente.
Reinvéntate
Entre los 35 y 45, o los 40 y 50, se produce el que quizá es el último lapso en el que se puede ahorrar lo suficiente para la tercera edad; o bien, se puede dar un giro y dar un salto para iniciar con otra nueva curva, sea como auto empleado, como emprendedor o, si los recursos y condiciones así lo permiten, como empresario.
Analiza las siguientes posibles opciones: buscar un nuevo empleo que te revitalice; o emprender la creación de una empresa que te permita aplicar todos tus conocimientos y experiencia.
¿En qué momento de tu vida te encuentras? ¿Estás a la alza o a la baja? Actúa antes de que el destino te alcance.
Autor: ROBERTO ESPARZA VIEDMA Director General de IQubadora y Autor de Empleología.
Fuente: http://www.altonivel.com.mx
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