30 ago 2011

El diseño es vital para resolver problemas de comunicación

El especialista Jorge Frascara cree que hay situaciones críticas, como en los hospitales


"Hay gente que ve la necesidad de hacer diseño para resolver problemas de comunicación, pero no sabe resolverlos. Pero también hay gente que ni siquiera percibe la necesidad."

La opinión es de Jorge Frascara, diseñador argentino de prestigio internacional que vive y enseña en Canadá. Su práctica profesional abarca temas, como la ilustración, la animación, la publicidad, el marketing social y el diseño editorial.

Para Frascara, la necesidad de un buen diseño de comunicación no sólo existe, sino que es urgente. Los ejemplos de mala praxis asoman por todas partes, incluso en sectores donde las señales confusas pueden demorar la búsqueda y la rapidez de atención, como sucede en clínicas y hospitales.

Muchos carteles e indicadores visuales suelen padecer de esta grave enfermedad. Son imposibles de entender, razona Frascara. El que pone como ejemplo -del Hospital Universitario de Padua- "tiene tantos colores que supera la capacidad humana de reconocerlos, menos aún por las personas maduras y ancianas, que son quienes más frecuentan esos lugares". La reiteración de flechas direccionales en el mismo sentido y la distancia que las separa de los nombres, que tampoco respetan el orden alfabético, contribuyen al galimatías.

El desorden es, asimismo, factor de derroche de presupuestos sanitarios a menudo insuficientes que, por la gravedad y frecuencia de los problemas que aspiran a prevenir o curar, deberían ser aprovechados al máximo. El 50 por ciento de las partidas del rubro, en los países del primer mundo, se invierte en atender accidentes de tránsito y de trabajo; el tabaco, el alcohol, la droga y la mala nutrición destruyen a las poblaciones pudientes.

No obstante, la mitad de los receptores "no puede hacer lectura estratégica y, por lo tanto, no puede entender textos que están por encima de la madurez de un alumno de quinto grado", diagnostica Frascara.

Una nueva cultura

Hace falta desarrollar una cultura, prosigue, en la que el acceso a la información comprensible se vea como un derecho ciudadano, lo que sería factible con un buen diseño de la información. "También hace falta, enfocado desde la persuasión, en el marketing social", añade el especialista.

Frascara es profesor emérito de la Universidad de Alberta, Canadá; actúa, asimismo, como consejero del doctorado de la Universidad de Venecia y de la Sociedad para las Ciencias del Diseño de Japón.

Viaja regularmente a Buenos Aires para intercambiar experiencias con sus colegas, algunos de su misma generación, y también para editar sus libros. El que acaba de aparecer se llama precisamente ¿Qué es el diseño de información? (Ediciones Infinito, Buenos Aires, 2011), que reúne textos suyos y de once colegas internacionales, todos de excepcional trayectoria, entre ellos Dietmar Winkler, Meter Simliger, Ronald Shakespear, Robert y Jenny Waller, Karen Schriver, Karen van der Waarde y Krzsystof Lenk.

Pero, además, Frascara está a punto de iniciar una serie de seminarios sobre el tema, de una jornada de duración, a partir del que tendrá lugar en Rosario el 16 de septiembre. Los siguientes se harán en La Plata, el 30 del mismo mes, y en Buenos Aires, finalmente, el 7 de octubre.

No hay recetas

El diseño de información, para Frascara, "tiene como objetivo asegurar la efectividad de las comunicaciones. Está centrado en el usuario; es ético, porque se basa en el conocimiento del «otro» como diferente y respetable".

No hay recetas, añade, sólo conocimientos aplicables, lo que debe hacerse con "una intensa atención prestada a quien nos dirigimos".

El nuevo libro, base de las charlas, tiene tres partes. La primera brinda una visión de conjunto del tema, que culmina con "El papel de la evaluación en el diseño de información".

En la segunda, escriben los especialistas internacionales, algunos ya mencionados; Ronald Shakespear hace un bien ilustrado repaso del "Plan Visual de Buenos Aires", llevado a cabo juntamente con Guillermo González Ruiz, en 1971-1972, y de otros trabajos memorables más recientes. Todo bajo el título de "El diseño como catalizador". Lo precede una genial frase de Buckminster Fuller: "La mejor forma de predecir el futuro es diseñarlo".

La tercera parte del libro se compone de una decena de casos de estudio, que abre el propio Frascara con "Un folleto para médicos". El libro está dedicado al pionero del diseño argentino Carlos Méndez Mosquera, "por todo lo que hizo por el diseño a través de la publicidad".

El problema central del diseñador, concluye Frascara, "no es la gráfica, sino el impacto que ella tiene en la gente. Nuestro rol es ayudar a entender, para que la gente pueda actuar bien".

FUENTE: La Nación