20 sept 2015

Tips para una lluvia de ideas efectiva


¿Trabajar en equipo ayuda a que las ideas se hagan realidad o todo contrario? La respuesta incluye ambos escenarios. Por un lado, una idea aislada puede tomar forma con la ayuda de otras personas. En este sentido, “dos cabezas piensan más que una” es una verdad irrefutable. Sin embargo, para muchos creativos, es mejor empezar en soledad, y después incorporar más gente para tener una lluvia de ideas.

Cuando el problema es simple, por ejemplo, elegir el nombre de un producto, algunas veces es más productivo trabajar de manera aislada. “Las personas que trabajan solas obtienen una lista más larga y completa de ideas”, explica el doctor R. Keith Sawyer, profesor de psicología, educación y negocios de la Universidad de Washington y autor de Genios en grupo: el poder creativo de la colaboración (Group Genius: The Creative Power of Collaboration).

Otra manera de obtener resultados es pedirle a los miembros de tu equipo que trabajen por separado y que aporten sus notas en una lluvia de ideas de grupo. “El beneficio de esta sinergia es que alguien puede tener una idea excelente acerca de algo, pero no saber nada de otras cosas. Además, este sistema puede inspirar a otros para cuadrar todos los componentes al final”, dice Sawyer. Cuidado: no dejes que la reunión se atasque en un solo tópico; deja que todos participen. 

Una junta creativa debería tener entre dos y 10 miembros, no más. Si cada uno tiene un perfil diferente, habrá mucha mayor pluralidad o, como la llaman los expertos, “diversidad cognitiva”. 

Luego de una primera reunión, planea una sesión de seguimiento (aproximadamente una semana después) para ver si alguien ha pensado en una nueva forma de llevar a cabo las ideas propuestas en la junta anterior. De acuerdo con Sawyer, en el ámbito de la investigación creativa este periodo se denomina incubación, donde la mente autoconsciente empieza a trabajar en la información recopilada y da pie a la "catarsis de la iluminación". 

En ocasiones, las mejores ideas se dan de manera casual o como resultado de encuentros fortuitos. Si eres el líder de una compañía, busca formas de alentar el trabajo en equipo y la comunicación. Por mencionar un ejemplo, ¿cómo olvidar la creación de los post-its? Un día, después de una junta en 3M, Art Fry estaba platicando con un científico acerca de un nuevo adhesivo que quería comercializar. Y después, mientras cantaba en el coro de su iglesia, se le ocurrió la magnífica idea de las notas adhesivas que hasta hoy son un artículo de consumo regular.

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David Romero, director del Centro de Consultoría e Innovación Empresarial y Financiera del Tecnológico de Monterrey, campus Ciudad de México, explica: “estamos acostumbrados a pensar directamente en una solución. Sin embargo, lo recomendable es primero entender el contexto, el problema, aquello que el cliente busca que le resolvamos”.

Para ello, una opción es plantear un modelo de matrices: divide una hoja en varias columnas. La primera debe de contener el problema y en las subsiguientes debes anotar las posibles soluciones, que se irán descartando para encontrar la más viable.

Reglas para generar grandes ideas
Lograr un proceso de lluvia de ideas exitoso depende, según Alexander Osterwalder, de la aplicación de un conjunto de reglas. Seguirlas rigurosamente te ayudará a maximizar el número de ideas ejecutables. Toma nota de ellas:

Mantener el enfoque. Comienza por definir el problema en cuestión, idealmente relacionado con la necesidad del cliente. No dejes que la discusión se aleje demasiado de este punto.

Cumplir las reglas. Es recomendable aclarar de antemano las normas y supervisar que todos las cumplan. Éstas pueden incluir: hacer juicios al final, tener una conversación a la vez, privilegiar la cantidad, ser visual y fomentar ideas disparatadas, diferentes, etc. 

Pensar visualmente. Escribe las ideas o dibújalas en un lugar donde todo el mundo pueda verlas, anótalas en post-its para poder moverlas y reagruparlas.

Preparar. Antes de tener una lluvia de ideas es aconsejable realizar una dinámica o inducción al tema en cuestión. Puede ser un viaje, conversaciones con clientes o un taller, entre otras actividades.

Fuente: http://m.soyentrepreneur.com
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