INCENTIVAN LA DONACIÓN
DE ÓRGANOS
En
Venezuela solo se realizan unos 300 trasplantes al año, de una lista de espera
que supera los 1.000 pacientes
Si
bien es cierto que aceptar ser un donante de riñón representa más que un acto
de buena voluntad, el hecho procurarle la vida a otro ser humano es superior a
cualquier otra acción que se pueda realizar. Hay ciertos aspectos que son
tomados en consideración por los médicos para garantizar que la cirugía se
realice sin ningún inconveniente, tanto para el donante como para el receptor
del injerto.
Durante
la LXX Jornada Nacional de Cirugía, la especialista en trasplante renal,
Patricia Alejandra González Romero, explicó que tanto un donante cadavérico como
uno vivo, representan oportunidades valiosas de vida para el paciente renal.
En
el caso específico del donante vivo, la persona debe cumplir con diversos
requisitos como: estar completamente sana, de acuerdo con el artículo 18 de la
Ley Sobre Trasplante de Órganos, podrá ser pariente hasta quinto lazo de
consanguinidad, cónyuges, concubinos, filiación por adopción y trasplantes
cruzados con el receptor, además de evaluar las variantes anatómicas del órgano
a donar.
“Diversos
estudios han destacado las evidentes ventajas del trasplante renal vivo frente
al trasplante renal de cadáver. Estas ventajas son, de índole individual,
puesto que benefician al receptor en
cuanto a sus expectativas de supervivencia. Pero, más aún, tiene beneficios
colectivos, ya que ayudaría a solventar la escasez de órganos, que se acentúa
con el tiempo”, dijo la galena. Igualmente comentó que al aumentar la
participación de donantes vivos se incrementan las probabilidades de los pacientes
con enfermedad renal terminal.
En
general el riesgo que asume un donante de riñón es inferior al que asumen otras
personas que se someten a anestesia general y cirugía mayor, ya que todos los
donantes tienen acreditada una buena salud. No obstante, a todos ellos se les
informan los riesgos inherentes a la anestesia, la cirugía y posibles
complicaciones intraoperatorias y postoperatorias, propios de cualquier
intervención quirúrgica que representan solo el 0,03% de los casos.
La enfermedad renal
La
enfermedad renal crónica ha pasado de ser una condición que afectaba a pocos
individuos, a una patología común de gravedad variable. Algunos factores de
riesgo por los que se presenta son: edad igual o superior a los 60 años,
hipertensión arterial, diabetes, enfermedad cardiovascular, obesidad,
enfermedades autoinmunes, antecedentes de insuficiencia o enfermedad renal y
aguda, insuficiencia cardíaca y neoplasias.
De
acuerdo con el Anuario de Mortalidad en Venezuela 2011, publicado en enero de 2014, la insuficiencia
renal es la enfermedad número 14, dentro de las 25 principales causas de muerte
en el país.
“Esto
se traduce en un total de 16.000 pacientes que se encuentran en terapias
dialíticas, de los cuales sólo el 50% es considerado para ser trasplantado,
existiendo una lista de espera de al menos 1.000 personas, y logrando apenas
unos 300 trasplantes de riñón al año. Lo que está generando una mayor inversión
en los costos de salud pública y mermando la calidad de vida y la sobrevida del
paciente renal”, acotó la galena.
Fuente: Comstat rowland