La vie est belle, la fragancia que embellece la vida.
Ingredientes naturales como Iris Pallida, Jazmín, absoluto de Azahar y esencia de Patchouli alcanzan un concentrado de lujo.
Felicidad, luz y libertad, así es La vie est belle, la nueva fragancia de la reconocida marca francesa Lancôme. Una elección de vivir la propia vida, de embellecerla a su manera. Una convicción que viene madurando desde hace mucho tiempo y que se comparte hoy con todas las mujeres, a través de una excepcional creación.
De los sentidos e inspiración de tres de los más grandes perfumistas franceses, Olivier Polge, Dominique Ropion y Anne Flipo, nace una esencia única. Ellos han unido sus talentos para elaborar una nueva historia olfativa perfecta para las mujeres decididas. Recuperando el arte original del perfume, optaron por la fuerza de la sencillez. Ninguna base prefabricada, únicamente materias puras sin ingredientes artificiales. Una fragancia “quintaesencial”, liberada de lo superfluo, cuya firma está compuesta únicamente por 63 ingredientes para que cada uno se exprese plenamente.
La columna vertebral de la fragancia es el Iris Pallida de Florencia, uno de los ingredientes más escasos y más caros de la perfumería. Para iluminar e intensificar este corazón floral, se han añadido unas notas de Jazmín Sambac y de Flor de Naranjo de Túnez, en forma de los más sublimes concentrados. Se fraccionó la excepcional esencia de Pachulí Indonesio para conservar únicamente su quintaesencia, el “corazón del pachulí” como lo denominan los perfumistas, para que exalte toda su fuerza, su poder y su profundidad.
El frasco, sonrisa radiante y luz cristalina
En 1949, Armand Petitjean, fundador de Lancôme, pidió a George Delhomme, su director artístico, que realizara un frasco que simbolizase el aura de las mujeres y que tuviera ese « je ne sais quoi » que les da tanto resplandor. Tras numerosos esbozos, finalmente se obtiene la quintaesencia de la felicidad: como si la gracia de una sonrisa se inscribiese en el cristal.
Un frasco que ha permanecido durante mucho tiempo en los archivos de la Casa Lancôme el cual han denominado como Le sourire de cristal. 63 años más tarde encuentran todo su sentido con La vie est belle.
Reinterpretado con una estética contemporánea, es la imagen de una mujer libre y feliz. Se caracteriza por una curva que simula una sonrisa dibujada en el frasco de cristal. El último toque de refinamiento es dado por un lazo de organza gris perlado, anudado alrededor de su cuello como dos alas de libertad.
Julia Roberts, perfecta encarnación
Los comités de sabios, reunidos para redactar los diccionarios de referencia, podrían simplemente imprimir su nombre como primera entrada de “feminidad”. También podrían recordarlo en la entrada “sonrisa”, añadiendo simplemente: véase Julia Roberts.
Ella podría resumir a todas las mujeres, con toda su verdad y en toda su diversidad. Julia Roberts lo cumple casi a su pesar, a su modo, dulce, alegre y generoso. Ella ha encarnado a todas las mujeres en los diferentes papeles cinematográficos que ha interpretado. La sinceridadad, el compromiso, la libertad de elección y el rechazo a una carrera diseñada, engloban una manera única de abrazar todas sus interpretaciones.
Desde hace dos años, Julia Roberts ha decidido asociar este resplandor fuera de lo común a Lancôme. Ella abraza hoy un nuevo universo, convirtiéndose en la embajadora del perfume La vie est belle. De esta manera es lo que clama al unísono con el nuevo perfume Lancôme, una trayectoria tan única como sensacional. A imagen de cada uno de sus personajes, la vida es plural, cambiante, hecha de sorpresas y situaciones inesperadas.
Comercializado y distribuido por L’Oréal Venezuela, La vie est belle se convierte en el primer iris goloso femenino. Un aura de felicidad donde tienes la libertad de elegir y alejarte de todas las normas impuestas, dictados y obligaciones.
¿Y si la felicidad hubiera sido capturada por fin en un frasco?
La vie est belle…
Fuente: GPC CONSULTING